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sábado, 18 de diciembre de 2021

VIDEO JUEGOS

Noticias malas llegan al aparecer la noche, me abruma la violencia de las situaciones, los golpes abruptos de un mensaje a media noche. 

Hay fuego en mis manos cuando me entero de atrocidades, de un ser inhumano que amenaza con arruinarlo todo, de arrebatar la más mínima tranquilidad del ambiente. 

Ansioso habito esta tierra, esperando que uno de esos mensajes de texto aparezca, deseando morirme o deseando cobrar una venganza imposible. 

No hay más, se enfrenta uno con la realidad de esta noche infinita, de esta fiesta interminable, de esta sensación permanente de la violencia vivida. 

viernes, 17 de diciembre de 2021

EL PORVENIR

Desperté temprano, cogí la bici y salí a pasear al bulevar. Sonaba música en mis audífonos, las canciones se mecían entre mis oídos en con junto con el sonido de las olas del mar. 

Mi piel se eriza con facilidad, pensé. A veces me preocupa sentir que mis emociones vienen tan rápido y tan de golpe. El viento corre y mueve mi cabello largo, y miro una vez al mar, y al sol y a las personas que van por ahí. Me envuelvo en esa música.

Me aferro una vez más a esta, mi vida. Y a mis recuerdos, los bellos y los malos. Pienso en mis risas a las 2 am bajo los efectos de las cervezas, pienso en mi llorando sobre la avenida, pienso en mi bajo la lluvia en una ciudad ajena. 

Y me alegro de sentir que estoy aquí, consciente de mi, de este presente que se mueve, como yo, como mis emociones, como estas olas que vienen y van. 



martes, 14 de diciembre de 2021

What A Feeling

Sentado en el asiento trasero de un auto, no importa de quien sea, suena una canción que me hacen pensar en otras épocas, en años en los que yo no existía.

Mientras veo los demás carros, sus luces y sus personas dentro, pienso en esa canción y en mi, en lo consciente de mi presente. Y una vez más pienso en mi dentro del auto, pensando en todo ello. 

Pienso en esa música que no es de mi época, en una canción que no es mía y que me hace pensar en estos sentimientos, en estos recuerdos y en estos sueños que sí son míos. 

Y aunque a veces no entiendo qué es lo que pasa; se que me quiero, y que quiero, y que quise. Y que todo eso es mío también. 

Escucho la música, cierro mis ojos, siento el ritmo. Envuelto en ella, me sostengo de todo eso, de todo eso que es mío. 

Y sentado en el asiento trasero de un auto, pienso en todo ello, y pienso que puedo tenerlo todo ahora. 

miércoles, 8 de diciembre de 2021

Luz de Luna

Voy de prisa, ansío el futuro, y sobreanalizo el presente. Tu cara viene de repente a alumbrar mi rostro, mis ganas. La luz que sale de la tuya, ilumina la mía, y si te lo dijera ¿qué harías?

Nuestras miradas como un iman, me han enredado a una atracción fatal. Es la historia que se vuelve a repetir. 

Me emociona lo que siento, le emociona lo que siente. Luz de Luna, mi cara iluminada por la tuya, y si te lo dijera ¿para qué serviría?

De más el tiempo, de más el abrazo, de más esa última cerveza que abriste, que abrió la plática siguiente. 

Error mío, tal vez el vacío de mi, el vacío de él. Muchas ideas que me hacen desconfiar de mi, de él.

Luz de Luna, junto a mi, junto a él. Creando el espacio de luz, que se irá, como yo, como él. 

Y esta luz, luz de Luna ¿de que nos servirá?

jueves, 2 de diciembre de 2021

CAJA DE PANDORA

Limpio la caja, primero los muebles, luego los pisos. Me baño y cocino chilaquiles verdes. Se torna todo una tradición. Me preparo para un día importante aunque me niegue a admitirlo, a decirlo en voz alta. 

Mira como ha pasado el tiempo, surruran las paredes de la caja. Me pongo a llorar brevemente, inevitable. 

Esto es el tiempo y su paso, deja rastro. En mi cuerpo, en mi alma, lo veo en mis pensamientos que yacen todos en esta caja. El ayer y el ahora yacen ahí; restos de extraños, las palabras que quedaron clavadas en mi cara. 

Ha dolido, me lo susurran las paredes que poco a poco se han llenado de humedad. Paso el tiempo allá afuera, pero también adentro de esta caja, y esta caja, ¿qué más nos traerá?


martes, 30 de noviembre de 2021

ONVREZ

Pelo en pecho, piel morena, barba de candado, olor a marihuana. Alto o chaparro, flaco o gordo, mi amigo o mi crush. Rodeado de los onvrez y los hombres como yo. 

Chela fría, papitas con Valentina, un porro más, o mejor dos para no dejar. Somos felices en medio del hedor y de las chelas. De la música de Evangelion y el amor homoerótico. 

Ojalá algún día dejen de gustarme los onvrez. 

lunes, 29 de noviembre de 2021

Babylon

La ciudad es ardiente, se nota en la piel de la gente, se nota en mi piel que semeja las oscuras noches.

Me dejo llevar por el aire embriagante, por sustancias que me ofrecen manos insistentes, por mi delirio de grandeza y mi depresión persistente. 

No estoy solo en las aventuras que ocurren al pasar las 3 am, no estoy solo llenándome para vaciarme más tarde, no estoy solo a la hora de perderme de mí mismo. 

Todos hablando un idioma, luces sobre mi piel que me hacen confundir lo que soy, mi piel ¿de qué color es? Es igual a la de todos, habla el mismo idioma que todos. 

La tuya y la mía, aquí lucimos iguales porque somos iguales, me vacío para llenarme. 

Tú y yo, él, ella, elle, todos y todes, en esta ciudad donde nuestra piel habla un mismo idioma, un idioma sólo permitido más allá de las 3 am. Vivimos en Babylon. 

miércoles, 24 de noviembre de 2021

TE SIENTO

Me desperté llorando, era porque esta vez era seguro que yo ya no volvía. Mi cara empapada en llanto por dejar ir los sueños que tenía.

Ese día deje de esperar, y comencé a elegir. Elegir mis ideas por más tontas que fueran, mi ropa apretada, mis amigos borrachos, mis ansías de reírme sin sentido y hacer chistes para matar silencios incómodos. 

Pero no te olvido, no olvido lo que siento, y que te siento. 

No me olvido de mi llanto a media noche, de las flores que yacen marchitas entre las páginas de libros. No me olvido de los días que me hundí en miseria al saberte con otros, ni del día que anduvimos en bicicleta por el bulevar. 

Te siento en el olvido, te siento en el recuerdo.

Te siento en cada parte, te siento en todo el cuerpo. 

viernes, 19 de noviembre de 2021

gato

Arañazos en las paredes, cabellos en el suelo, maullidos de dolor. No soy más que lo que no me atrevo a decir, no soy más que lo que no me atrevo a sentir. 

Me oculto entre mi sonrisa, entre cervezas y risas ingenuas. Me da miedo que me vean, me da miedo sentir y que se den cuenta. 

No me quieras porque te temo, no me abraces porque me duele, no me busques porque correré hacia ti. 

Que difícil verse a uno mismo, con la cara limpia, con el cuerpo irreconocible, con el alma expuesta. 


sábado, 16 de octubre de 2021

llorar

Supongo que llorar se me da bien, lo hago de repente, y sale cuando lo considero natural. No es actuado, , ni forzado, no es dramatismo exagerado. Cuando lo siento, lo dejo salir, no me permito no dejarlo salir. 

Le lloro a veces al recuerdo, al dolor del pasado, a las alegrías que a veces son más bien agridulces, cuando descubro un pequeño momento o cuando escucho la canción que me recuerda lo que siento. 

Lloro porque me lo permito, porque considero que es un acto de valentía y catarsis, porque no le temo a mis emociones a pesar de que muchas veces las dejo vencerme, pero sólo un ratito nada más. 

Cito la frase trilladísima, "uno llega al mundo llorando" y así es como la vivo, y así es como me gustaría irme, porque es un privilegio sentir. y sentir la tristeza y estas alegrías que se asoman de repente. 

Voy a seguir llorando porque ya no me guardo nada, ni mis sentimientos, ni mis ideas, ni lo que tengo que decir. 


martes, 5 de octubre de 2021

CHILAQUILES VERDES

Me levanté más allá del medio día, era viernes y tenía una resaca tremenda. Había aprovechado la promo 2x1 de Tecate ámbar en el oxxo y asediado por la mercadotecnia terminé bebiendo más de lo que me permitía un jueves por la noche. Me paré de golpe y comencé a buscar el jabón, las jergas, los trapos y la escoba. Tenía pocas horas para limpiar el departamento entero para poder recibir a los amigos que vendrían. 

Me encanta postergar las cosas, pensé, había estado postergando la limpieza por días; pasaba un poco la escoba y me iba a dormir con la mentira de que todo estaba (aparentemente) limpio, así que desde el inicio de la semana había declarado que el viernes iba a ser el día de la limpieza.

Inicié el sagrado rito por las ventanas del frente; estaban llenas de polvo por el aire del norte que había estado arreciando en los últimos días. Comencé a quitar toda la suciedad, cuando una ráfaga de aire azotó la puerta de golpe. La sensación de miedo sacudió mi cuerpo entero. Las dudas empezaron a aparecer en mi cabeza, tan de golpe como el sonido de la puerta al cerrarse. 

¿Qué voy a hacer? pensé mientras ideaba el plan para poder entrar y salir airoso de este pedo. Recordé que la puerta del patio de atrás permanecía abierta, así que al instante decidí que iría por una escalera, subiría por el techo y entraría por la puerta del patio de atrás. Sin pensarlo dos veces ya estaba caminando, por supuesto en ropa horrible y sandalias hasta la casa de mis padres. 

Entré casi sin saludar y me llevé la escalera sin dejar a mi papá preguntarme la razón de mi repentina visita. Hubiera sido casi imposible explicar mis razones sin que toda la situación terminara en una gran discusión, y yo no tenía tiempo para eso.  

Volví al departamento, subí como pude al techo y caminé rápido hacia la idea de saltar al patio trasero, pero me topé con el hecho de que la altura era demasiada, pensé en subir la escalera y colocarla del otro lado para poder bajar de forma más segura, pero al volver a ella, me di cuenta que el aire la había tirado. 

Mi corazón latía muy rápido, la ansiedad se apoderaba de mi. Comencé a idear cómo bajar, saltar de golpe con el temor de que me lastimara las rodillas, quedarme ahí hasta que alguien me viera, pensé incluso en una historias tonta en las que comenzaba una nueva vida en el techo.

Por fin, el perro de mi vecina tatuada me vió y comenzó a ladrar, ella lo hizo callar de prisa, pues en el edificio estaba prohibido tener mascotas. Me vió con ojos penosos y me dijo -¿qué haces allá arriba?, así que que le conté lo más rápido posible la historia de mi desventura. 

Se río, nos reímos, me dijo -Yo te ayudo sino dices nada del perro. Se hizo el trato y tal vez una amistad futura. 

Me pasó la escalera al techo y pude por fin alcanzarla. Bajé por el patio de atrás y por fin pude entrar al departamento. Aún sonaba 'Para hacer bien el amor hay que venir al sur' en el lugar desamparado y sucio. Me puse en acción, limpié en la mitad del tiempo que tenía previsto. Se logró. 

Casi las ocho de la noche; vi en el reloj de la sala y yo sin comer, pensé. Afortunadamente tenía unos totopos, un trozo de pollo y un poco de salsa verde en el refrigerador. Preparé unos chilaquiles verdes que lucían desabridos. Los puse en la mesa, los acompañé con un vaso de cerveza que había quedado de la noche anterior. 

Así que me senté frente a la comida, ya vuelta cena. Sonaba en la bocina 'The most powerful thing you can do is become the image of your own imagination', y lloré, lloré como un niño de trece años: con miedo, anhelado un futuro cada vez más cercano y sintiéndome después de mucho tiempo, parte de un lugar que era sólo mío. 

Me senté en la mesa, comí chilaquiles y lloré, porque a pesar de fea por ratos, esta vida se siente cada vez más mía. 


sábado, 2 de octubre de 2021

ESA VIDA YA NO EXISTE

Se me va la vida viendo las estaciones pasar. Se escapa como los efímeros naranjas de estos calurosos atardeceres. Sudor en mi piel, la expiación de mi alma.

Me parece raro entender este presente, después de tanto que me envuelve y que habrá de convertirse en letras y llantos maltrechos. Rápido se convierte en ayer, cuando duermo ya es después y despierto cuando ya cambié.

Estas letras pronto se han de volver viejas, como el sudor, como el ayer. 

Esa vida ya no existe, pero tampoco existe ese yo. 


martes, 21 de septiembre de 2021

Las letras

Quisiera no hablar, solo ser. Las palabras me quedan cortas, los textos son demasiado fijos para ser llamados una extensión de mi alma y de mis pensamientos. 

Quisiera no tener que mancillar mis labios con sonidos redundantes para decir lo que siento, para más o menos explicar la idea de lo que pienso. 

Quisiera poner en las imágenes la jauría de errores que me consumen por dentro, el dolor que se abre paso cada que pienso. 

Me contruyo con base en las letras, y me limitan, no me dejan abrirme paso para esparcir mis ideas tontas, los complejos rancios, las ideas sordas. 

Ya no creo en los textos bien escritos, ni en las letras según compuestas por el alma.

jueves, 26 de agosto de 2021

LA PECERA CIRCULAR / CUARENTENA II

Observo historias tras el acrílico, 

miro al agua pasar. 


Vivo mis días entre recuerdos, 

entre el andar de los pangasios, y el de los tiburones. 


La melancolía se hace presente en cada rincón

y en cada tos nerviosa. 


existimos aquí, existo yo. 


entre imágenes, escribo estas letras,

mis lágrimas de agua salada

mi cansancio al ocaso de la tarde.


no olvido al verano, 

ni las risas,

ni mi llanto.

ni el aroma que se escapa por las esquinas .


en el acrílico miro el reflejo del pasado 

y veo detrás de mi

lo que me trae hasta aquí. 


observo a los peces, 

soy ellos, y ellos son yo: 

nadando, 

tratando de encontrar sentido a una pecera circular. 

LOS RECUERDOS DE HOY

Mi traje de baño es verde. Lo compré con descuento. Había pensado en usarlo en un viaje, pero se canceló. Así que lo uso hoy para ir a la playa. 

Compro un cartón de cervezas y volobanes de frijoles. 

Al llegar a la arena, pongo música, la de moda. Hay unos chicos sentados cerca sin bocina, así que pienso en poner lo que tal vez ellos quieren escuchar. 

Tengo miedo del simple hecho de estar ahí, ese miedo latente que lleva meses ahí y que espero algún día se vaya. 

Entre la arena y el agua salada edifico esta historia breve, como la ola que rompe contra la arena, como el sonido de las gaviotas, brevísimo como el espacio entre las escolleras. 

Me puse pedo, entre al mar sin playera a pesar de que me apena ver mi panza desbordar. 

Me río con Ana y con Carlos, te cuento al oido una historia que resuena entre las olas del mar. 

Me esfuerzo por hacer de todo una memoria implacable, ¿hay algo de malo en ello?

Da igual, son sólo los recuerdos de hoy. 


MOI

Ya llevaba días roto, escapándole a mis emociones. Me sentía bastante podrido y cansado. La mudanza me tenía con las emociones en la superficie, pero aún así era incapaz de sentirme completo. 

Me dijiste que era guapo, mientras yo estaba borracho. Me dijeste que era guapo cuando más lo necesitaba.  El proceso de la mudanza también fue tuyo, acomodamos a distancia los muebles, te conté del día que quedé atrapado en el techo. Te dije que a veces me sentía triste por las noches y que extrañaba a mi padré, a las plantas y a mi ex. 

Miramos el sol salir y la luna aparecer a la distancia.

Construyo los recuerdos de este espacio breve, los llevo conmigo a donde voy. Esta, tu pequeña parte de la historia, yace impecable junto con otras más. 

Vuelvo en mis pasos, te extraño en silencio, otro día de poesía sin técnica. 


paredes blancas

las paredes a menudo me susurran al oído. historias de ayer, voces cantoras, silbidos, melacolía perpetua. 

casi como si dijeran las cosas, o me las ocultaran. como si guardasen secretos entre ellas, secretos que aún no pueden compartir. 

¿se develarán algún día? pienso, mientras veo fijamente los lienzos blancos, fragmentados, con hoyos y manchados. casi como el reflejo de sus propias historias.




jueves, 24 de junio de 2021

hace un tiempo me dijo un ave...

la terminal de autobuses es un centro ceremonial, idas y venidas. emociones perdidas, ilusiones dispersas. es el encuentro de los mundos y los sentimientos, el paraiso de los enamorados. 

paso de cerca, de vista, y veo las historias que se contruyen entre los andenes y las salas de espera, las manos que se estrujan y las maletas cargadas de ropa, recuerdos y sueños. 

y vuelvo, en esencia, al lugar cargado de energía cambiante, que me llena de emociones sinceras, múltiples. y me veo a mi mismo, sentado, temiendo por el futuro, anhelando historias increíbles y relatos inesperados. llenar el espacio con letras y anécdotas. de besos y pieles. de lágrimas y risas. 

hace un tiempo me dijo un ave que volara, y hoy le recuerdo. sin miedo, sin más miedo. 

lunes, 21 de junio de 2021

LA ESCALERA

Vi a papá caer de una escalera. Me espanté, tuve miedo. Como un niño que teme que su papá deje de estar algún día.

Y no soy, ni por asomo lo que mi padre hubiese esperado, pero intento ser la versión que más lo haga sentir en paz. 

Y te agradezco, por esperarme despierto aunque haya llegado ebrio, por tolerar mi especialidad para tomar malas decisiones, por abrazarme tal y como soy, y preguntarme si estoy bien cada día de mi vida. 

¿A donde iré a parar cuando papá no esté? ¿Quien me ayudará con los problemas de la vida? ¿Con quien compartiré el vaso de coca cola? ¿Quién me regañara por no hacer las cosas que debía hacer?

Vi a papá caer de una escalera. Y tuve miedo. Y tengo miedo del día que ya no esté. 

miércoles, 9 de junio de 2021

Las calles de esta ciudad

Camino por las calles de esta ciudad que tanto tiempo me ha hecho sentir parte, los lazos que se han creado entre mi y estos muros de concreto. Recuerdos clavados en las esquinas y avenidas; aparecen susurrándome al oido. 

Vuelvo en mis pasos, para reencontrarme y también para dejar ir. A cada paso hallo anécdotas, en las tortas de tamal, en el frío de las mañanas, en el ruido apabullante de los autos y triciclos. Los nombres de las personas, los rostros, las voces que vibran en las paredes de mi alma. 

Camino sobre Av, Tamaulipas, veo libros y cervezas. Me veo correr ebrio sobre estas calles a las 2 de la mañana. 

Y comienza a llover, casi como si la ciudad se despidiera de mi. Le odio, y le amo. 

Le odio por recordarme todo lo que soy. Por no permitirme olvidar, por edificar una hoguera en mi pecho cada que pienso en mis sueños y en mi. 

Pero por hoy, decido alejarme de todo ello, y es que me doy cuenta de que aunque mi alma halle su lugar aquí, siempre tendré al mar, mi mar, y mis lágrimas, y mis olas, y mi lluvia. Porque son muy míos. Y porque al preguntarme una vez más a donde pertenezco, sigo sin encontrar una respuesta. 

Y quizá nunca lo haga, pero ahora sé que el único al que pertenezco se encuentra en mi. 

Vuelvo en mis pasos, para reencontrarme y también para dejar ir. Y me alegro, de venir del mar, de edificar mis historias en este pedazo de tierra rodeado de sal y arena. 

Y camino sobre Av. Diaz Mirón, tranquilo de volver a donde por ahora, se encuentra lo que soy. 






lunes, 24 de mayo de 2021

OTRA ERA

Hay algo en tu belleza con esos modos que llevas, que nunca había visto ¿A caso no eres de acá?

La música que suena en la bocina es un canto al recuerdo imprudente, a las luces y el humo que se asomaban en la habitación. Refresco, tequila y tus besos húmedos. No busco el fin, no espero el fin. 

En el umbral de la puerta, yo, observando en la penumbra a las sombras pasar. Los cuerpos danzan y recuerdo todo como parte de otra era. Otra dimensión. 

Viene a mi mente de repente, los nombres y las caras. Nada era parte de mi, nada parecía serlo. Nada era para mi. Es algo de otra era, sacado de otra era. 

Pienso en mi como soy, pienso lejos de ti. Ya no más, hoy no más. Por ahora no más. 

Llévame a otra era. 




miércoles, 5 de mayo de 2021

TODAVÍA ME PARECE RARO

Todavía me parece raro buscarte. Sentir que te has ido, pienso. 

Buscarte en los momentos, en los mensajes a media mañana donde nos deseábamos un buen día. Cuando compartíamos un café a kilómetros de distancia, el sufrimiento por la carga de trabajo del día. 

Te busco en las letras que con fervor escribía para ti, como este texto chueco que redacto a las 2 de la mañana. En las fotos de nuestras comidas del día. ¿Que será mañana? Quesadillas, picadas o tal vez  pozole. 

Busco tu voz encapsulada en audios donde me contabas sobre Judith, sobre Imelda o sobre tus amigos del pueblo. De las veces que imitabas a un pollito haciendo ruidos con tus labios. 

Todavía me parece raro que no estés, aunque hayas estado poco. Todavía me parece raro extrañarte a la hora de la comida, o durante la siesta. Buscarte en medio de las sábanas blancas y en la playera que olvidaste aún con olor a bloqueador solar de aquel día en la playa. 

Todavía me parece raro que ya no estés, aunque hayas estado poco. Todavía me parece raro extrañar el recuerdo breve en el que ahora te has convertido. 

lunes, 3 de mayo de 2021

sentimientos violentos

De golpe como una ola contra las escolleras, suena el trueno, sacude el temblor, se mecen las hojas de los libros de esta historia breve.

Violento el ataque de dolor, me arde el pecho, viven en mi la sal de los apegos, las emociones vueltas estas letras.

Las palabras hieren, los puños duelen. Armo un rompecabezas de ideas destructivas y construyo a la par un altar para el santo. 

Cuesta abajo, en el río azul clarito, como un niño que vino a parar a la costa. Te escupieron las olas a mi pecho. 

Y en la ley escrita, se asoma el recuerdo imprudente, el breve momento en el que fuimos y me alegra saber que ahora existimos. 

Sentimientos violentos, abrumante la espera, inesperada la angustia. Y es la ley tuya la que se dicta, ahora. 

Y entre la espuma me doy cuenta, que siempre es lo mismo. No, pero al final sí. 

sábado, 1 de mayo de 2021

un espiral

Un espiral de emociones se deja ver desde la periferia de mi pecho, una horda de abruptos sentimientos que a veces carecen de un estate quieto. 

Llorar, reír, mentar madres. Lamentarme por el pasado, extrañar algo que ya no existe, desear el amor como un sueño casi improbable. 

Y me oculto entre las fotos y las chelas. Bajo la ropa bella y pelucas maltrechas. Entre humo, luces y películas que me invento. 

Y todavía me cuesta creer que el presente existe, que todo pasa justo aquí. Un espiral de emociones es mi pecho, y yo creo que nunca va a parar de sentir. 

En la lengua se siente, irse de boca contra el futuro, y en mi sombra observo, el hilo del tiempo pasar.  

Habito entre estas personas, me consumen y les consumo. Un espiral de emociones. Una cornucopia de nuestros sueños. 

Maldita sea, tener mi edad es insufrible e increíble. 

miércoles, 28 de abril de 2021

adelante caminante

La abuela Alfonsa, siempre decía 'caminante no hay camino, se hace camino al andar' y la tarareaba mientras me llevaba de la mano por las tortillas, el pollo o las verduras. Parecía otra vida, tan lejana y al mismo tiempo habita el cántico en las paredes de mi alma. 

Pienso en cuantas veces he temido del futuro, del abandono, del olvido. Tal vez hago planes de más por temor a que todo se acabe de imprevisto, tal vez rebusco respuestas obvias para hacerme a la idea de que el tiempo se va a alargar. 

Y entre ruegos me encuentro sintiendo pena una vez más, y es que insisto demás, pienso demás, siempre de más. 

Derramo una lágrima, ya no me permito más y pienso en mi abuela caminando conmigo mientras me decía 'caminante no hay camino, se hace camino al andar'


mudo

Callo para no lastimarme más, por si al tratar de hablar,  se me escapa un grito ahogado o unas lágrimas más. 

Vivo en un lugar mudo, donde no hay escondites seguros, espacios donde pueda estar lejos de ti. 

Imagino que al verte por ahí, voy a salir herido del alma, que un día cualquiera, aparezcas en la fiesta contigua y termine orando por mi destino. 

Le temo a arriesgarme, a aventurarme a conocer a alguien más por el miedo a que tenga algo que ver contigo. Que tú alma haya ya manchado la piel de aquel ser y que termine sintiendo que te encuentro al tocarla con mis dedos. 

Mi dedos mudos, mi piel muda, mi boca muda, mi alma muda. Muda para que no se escape la verdad que carcome y que arrastro todavía como una vergüenza, a pesar de que no es mía. 



viernes, 23 de abril de 2021

Esta no, mi otra vida

Desperté, hice café y pensé por un momento que ya todo lo tengo. Al menos en esta vida. 

Pero ¿qué hay de la otra? o de las otras. Las que he dejado atrás,  las que se han quedado atrapadas o en alguna bifurcación, aquella anécdota no ocurrida o la vez que no me quede en algún lugar. Con quienes me habré topado, a quienes habré conocido. 

Me arden los labios, las yemas de los dedos. Pienso en las veces que perdí un destino distinto por tener miedo o por sentirme ajeno. Las noches que he pasado anhelando un presente alterno o cuando he llorado al sentir que ya no doy para más. 

Me escapo a veces, y entre letras me invento lo que habrá sido de mi. Donde yacerán sus sueños, en que brazos se quedaron dormidos o cuantas cervezas habrán compartido a la luz de la luna. 

Bebo el café que me devuelve a esta, la cocina de mi presente. Y esta mañana, decido alegrarme por lo que creo que soy, y sonrío porque al menos esta vida, se sienta un poco más mía. 







domingo, 4 de abril de 2021

las personas como individuos autónomos

Construyo en pedazos la imagen del hombre, el hombre. Quien me mira desprevenido al verme despertar, husmeando en lo más hondo de la cama que nos sostiene. En la esquina del buró se encuentra un vaso de agua, manchado ya por los labios con la esencia perpetua que permanecerá como el recuerdo latente de ese espacio de tiempo. 

No olvido, guardo en la herida todos los detalles del momento, un poco insufrible, un poco bello, un poco hartante. Así que camino por el rumbo con los recuerdos de las pieles y los llantos que no logro despegar.

Y descubro (por patético que suene) que no puedo separar a las ideas de los nombres, y es que no puedo o no quiero. Me miro en el reflejo del espejo circular y pienso en cuantas veces voy a seguir haciéndolo, llenar de significados a las cosas,  a las risas,  a los momentos,  a la calle oscura donde reí o al helado sabor vainilla que llevará tu nombre por el resto de mis días. 

Las personas como individuos autónomos, haciendo lo que pueden consigo mismos, y yo también haciendo lo que puedo conmigo mismo; como lidiar con el recuerdo inaudito de la idea de lo que son. 



jueves, 25 de marzo de 2021

INVIERNO II

Oda a las 4 estaciones, que me ven romper y cavar en lo más hondo. Correr al abismo de mis emociones y chillar como loco cuando ya no queda más. Escribo para el sol, para las flores, para el calor y para el frío, para la lluvia y para el movimiento de las olas. Escribo para nadie, escribo para mi. 

Hace frío en la habitación, me hundo en la miseria de mis fantasmas del pasado con la noticia de una golpiza ciega. Y me apuro para cerrar las ventanas, el norte hace que golpetean de par en par. 

Vivo esclavo de mis ideas, que me hacen querer de más, sentir de más, siempre un poco más. Y se vuelve hastiante este camino en círculos, que no hace más que darme falsas ilusiones y resoluciones a medias. Vuelvo en mis pasos, camino sobre mis pisadas manchadas de tierra, arena y sangre. 

Sacude la brisa, se mete por mis costillas, pa llorar, pa reír, pa darme un madrazo en la cara. Mejor me río, pienso, es mejor reírse cuando ya no sabe uno que hacer. Y es que no lloro por ellos, lloro por mi. Por mi incansable búsqueda de paz mental, por mis esfuerzos de hacer de este lugar un casa habitable. Me esfuerzo por comprar un mueble nuevo o la edición especial de una película rarísima; para qué, me pregunto mientras agrego una cosa más a mi lista de deudas. 

Al final me voy a quedar solo, con mis recuerdos, sobre un mueble muy bello, mientras veo Amelie y me río de todos aquellos que no fueron, y de los que fueron y de quienes se irán y de quienes se van a quedar. Haré pasta con atún o tal vez chilaquiles desabridos, los comeré en la mesa del comedor, y una vez más el aire golpeará mi mejilla y sabré que esta es la única vida que tengo y a pesar de ser fea por ratos, es mía, ya no será de nadie más, solo mía. 

Este aire frío del invierno me dio mucho de nuevo. Dudas, recuerdos a medias, nuevos caminos que parecen interesantes y que poco a poco se van a diluir como mi sudor entre las olas del mar. 


lunes, 8 de marzo de 2021

PAPAYA Y YOGUR

Desperté a las 8:00 a.m, en punto; como si una alarma exacta hubiera sonado en mi cabeza. Desperté de golpe y corrí a preparar el desayuno: papaya con yogur y un poco de granola. Parte de la mentira de mi constante dieta que comienzo los Lunes y que rompo los Viernes con cerveza y frituras. 

Me senté en la mesa de la cocina, serví café negro y caliente, muy caliente. Lo preparé con un poco de leche y tuve el choque de la mañana.  Hace unos meses que me vengo sintiendo igual todos los días. Un poco feliz, un poco triste, y un poco enojado. 

Feliz por haberme ido, por haber comenzado la construcción del espacio que toda la vida me he debido, ese que se me había negado y que ahora por a pequeños pasos he ido construyendo. Pienso en los muebles, los trastes e incluso las películas que poco a poco han hecho aparición en los espacios y recovecos del departamento. Los amigos que me han visitado, las risas que suenan entre los muros, las cervezas que se han destapado e incluso las lágrimas de melancolía que caen de repente. 

Triste por las cosas que irremediablemente se han quedado atrás, los recuerdos a medias, las historias perdidas. Cuantos nombres, cuantos rostros que han ido a parar por ahí. La constante sensación del abandono a mi propia familia, las heridas de la infancia que aún laceran en mi alma. La maldita autocompasión por sentirme feo, insuficiente, obeso. 

Y enojado también, por todos aquellos planes que no realicé. La lista de películas que ya no pudimos ver juntos, todos los planes echados a perder, los viajes que no se realizaron, la comida que seguro habíamos preparado, ahora yacerá fría sobre la mesa, esperando a que alguien más la coma. Las noches juntos, los recuerdos que ya no vivirán. 

Todo permanece ahí, revuelto. Una mezcla heterogénea, casi como la leche, los granos y la fruta del plato en el desayuno. 

jueves, 18 de febrero de 2021

ANA

 Corro, corro en la acera del parque, paseo sobre el bulevar a media noche. Navego entre historias imprevistas y relatos inesperados. 

¿Por qué miro tanto a la luna si lo realmente increíble está pasando justo a mi alrededor?

En este ir y venir, me voy dando cuenta de lo tanto, de las lágrimas y las risas sin significado aparente, pero que hacen eco en el presente. 

Estrujo la mano húmeda, olisqueo el rastro con hedor que ha quedado por ahí. La cadena oxidada, la maravilla al ver un par de dedos chuecos disparar una fotografía. Dormir mientras abrazo las ideas. 

A veces, olvido que todo está pasando justo ahora, que Nada se irá de mi por más que quiera, y Adoro ver como se quiebra mi corazón. 

Una y tantas veces, en los círculos del ayer, en los círculos del mañana y del que me rodea justo ahora. 


lunes, 15 de febrero de 2021

 me gustas más cuando te vas. 

vistazo de amor

Sobre el cruce de Diáz Mirón y Bolívar, entre las luces rojas de los semáforos parpadeantes. Hace frío  a pesar de ser ya casi primavera. 

Olvidar como se siente el prejuicio,  permitir sentir un poco más, de golpe, profundo, fugaz. Y agradezco después de mucho tiempo la decisión de la libertad. 

Vistazo de amor corre por la avenida, pinchazo de Dios que me hace sentir en la saliva, se abre el mar de Veracruz por mitad, como una herida. 

Y quiero sin contexto, el silencio de lo que me cuestioné, y por recuentos doy cuenta que siempre es lo mismo. Que no, pero siempre que sí. 

Menos tiempo perdido, más vistazo de amor. 


viernes, 12 de febrero de 2021

P

Hola P,  escribo este texto porque quizá entre letras y poesía fue el único espacio donde pudimos decirnos las cosas.

Añoro el ayer y revivo todos los días las anécdotas de lo nuestro, desde aquel día en que te conocí; éramos otros, los dos, éramos otros. Si pudiera volver a ver como eras o si pudiera observarme a mi en el ayer, sería casi imposible reconocerme, éramos otros. 

Te veo en los gatos que deambulan por las aceras del puerto y en los lomos de las películas que vimos, y también en los de las que ya no pudimos ver, pero que nos prometimos que lo haríamos. 

Aún me sorprendo a mi mismo defendiendo mi punto de vista sobre algo que a ti no te pareció pero a mi sí, me enojo contigo y también me sonrío en mis recuerdos. 

Me parece casi imposible la idea de olvidarte por completo, sería negarme a mi mismo si eso llegara a pasar, y todos los días antes de levantarme de mi cama, ruego a todos los dioses que sigas por ahí. Tocando el teclado con tus dedos, riendo del meme de modo o peinando arduamente tu cabello de tal forma que la gente no note tu creciente calvicie. 

Debo admitir que a veces te llamo Juan, otras veces Juanpi, pero creo que prefiero llamarte Pablo. Sentía que me daba poder, estatus, me hacía sentir que te dominaba con tan solo decir tu nombre así. 

Estoy cansado de pensar quién tuvo la culpa, si tú o si yo, si mi inmadurez o tu ego, si mi inseguridad o tu depresión. Prefiero creer que ambos dimos lo mejor que pudimos y trato de pensar que nos dimos de a todo.  En las imágenes, en las letras, en el salado de la sopa y en lo dulce del pan. 

Y ahora solo añoro, y deseo que las personas puedan sentir de la misma forma que nosotros lo hicimos, que se sientan amados cuando más lo necesitan, que se sientan seguros cuando mas lo requieran y que sientan que lo que hay en su cabeza no son ideas tontas.

Quisiera no culminar este texto sin un remate increíble, una frase que se clavara en tu mente junto con la idea de que alguno vez fuimos, que existimos, pero creo que no hay forma de hacerlo. No hay forma de dar un final increíble, tendría que apagar mi mente.