Contemos hacia atrás.

El año está por acabar y una vez me hice más viejo, esta vez más viejo de lo normal, pues cumpli 18 años esta vez.
La verdad es que cumplir 18 años es totalmente contraproducente, si probablemente pueda comprar alcohol y cigarros ya, y que me dicen de entrar a las películas clasificación C, pero también es tiempo de decirle adios por completo a los juguetes y esas cosas de niños.
El 2012 fue un año hermoso en el que aprendí muchísimas cosas, y yo también enseñé algunas. Todo eso gracias a las personas que siempre están conmigo, mis amigos, mi familia por supuesto  Muchas cosas pasaron y serán recordadas para toda la vida, quizá otras cosas las olvide.
El 2013 será un año totalmente de cambios para mi, tengo muchos proyectos que quiero cumplir y que precisamente ya no involucran a la niñez. El 2013 será un año que me marcará si las cosas salen como espero, cambio de ciudad, cambio de escuela, haber crecido y con probabilidades de dejar toda una vida pueden pasar.
Justo en este momento estoy escuchando Vienna de Billy Joel, la cuál me parece una hermosa y deprimente canción perfecta para escribir todas estas palabras, que creo que nadie leerá  y una vez más les digo que no importa. Todo esto de los cambios me gusta y a la vez me causa mucho miedo y angustia, la verdad es que tengo muchos planes e ideas en mi mente, cosas hermosas que quiero y sé que puedo lograr siempre y cuando mi peor enemigo no se meta en mi camino, mi pero enemigo se llama Ivan y soy yo mismo, pero a la vez todo eso me causa mucho miedo pues ya saben idioeteces de una mente adolescente.
El 2012 se fue muy rápido y el 2013 igual, solo Dios sabe lo que me depara el futuro, pero espero y tengo confianza es que todo lo mejor está por venir.

No sé, te quiero.

En un años estaremos en alguna parte, no sé en donde, recordando todo lo bueno y malo que pasamos, todo lo que hicimos y no hicimos y todas esas cosas que jamás volverán.
Esas son las palabras que están rodando por mi mente en este día 23 de diciembre del 2012 a las 00:36 horas. Estando a unos pocos meses de concluir el bachillerato  y una etapa más de mi vida me he dado cuenta de que la vida se va más rápido que el agua y cuando te das cuenta ya estás dándole de comer a los hijos de tus hijos. Este fin de año será diferente a los demás, ya que para el siguiente, será un año de muchos cambios, lo inicio con grandes planes y con muchas expectativas en mí. Y es que quizá mi vida sea muy diferente dentro de 365 días si las cosas salen como yo espero, y con esos grandes cambios viene otras cosas. Como cada fin de año se recuerda todo lo que se hizo o lo que no se hizo y todo eso que jamás volverá, ya que el tiempo, como siempre he dicho, es mi peor enemigo, no nos deja volver en él ni repetir lo que ya vivimos, todo eso ya quedo atrás y jamás volverá.