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martes, 20 de agosto de 2019

cassiopeia

De cabeza, en medio del agua tropical,
habita cassiopeia,
viendo hacia atrás mar y cielo pasar.

Un grano de arena en la playa,
una gota dentro de la marea.
Muy poco, y a veces nada.

Y así se siente, verte toda en el cielo,
y no valer nada.
Soy arena, soy marea.

Y en la fina sonrisa de tu rostro,
en el doblez de tus labios,
o en la caída de tus rizos,
puedo perderme,
puedo enamorarme como lo hacían de Casiopea.

Invertidos mis pensamientos.
invertidas mis emociones que yacen en mis 4 estómagos.
Soy arena, soy marea.

Botarme sobre la arena,
esperar que sea de noche,
y poder admirar de repente la belleza de Casiopea.






sobredosis

Lejos de ti,
lejos de mi.

El cristal salado nos divide.
Habito en la  galería 3, en medio de reflejos de luz
y azul de metileno.

Y cada paso es extrañarte como nunca,
sentir una presión en el pecho,
un dolor en la aleta dorsal.

Te busco y no estas,
me buscas y estoy a medias.
Y me duele.

Perdido en lo que fuimos,
recuerdo una emoción en mi pecho,
y vuelve a ratos.

Vuelve, en medio del alcohol,
en cada parpadeo, en los maullidos de los gatos,
en el pasar de los pangasios, en el sonido de las olas.

Y me duele.

El erizo olvidado en el arrecife.

Y me duele.

Sobredosis de emoción.

lunes, 12 de agosto de 2019

parguete


hace un tiempo vine aquí, 
inocente del mañana 
e inmaduro del ayer.
corrí y salté dentro del agua.

vine a parar a un espacio creado por recuerdos 
que toman forma la forma de un océano profundo, 
azul como mis sentimientos 
e inmenso como mi miedo. 

crecer se volvió doloroso, me tomó tiempo, 
sudor, lágrimas y mucho mar.
una oración desbocada resonó en mis oídos
durante un ayer inconstante. 

tuve que perder mis recuerdos depositados en un disco duro,
iniciar de cero, perder mi ego 
y quitarme todo aquello que no es mío
y que nunca fue mío.

y crecí, 
a desvelos, 
a regañadientes
y a dolor. 

frente al mar, me olvidé,
deslavé mi antiguo esqueleto, 
la sal corrió la tinta que restaba en mi piel, 
y me sentí grande, y me sentí parte. 

al final, por dentro siempre seré yo 
y tendré que volver al lugar donde comencé, 
al lugar donde fui un pequeño parguete.

martes, 6 de agosto de 2019

barracuda


impaciente es la espera,
en la profundidad del agua, 
en el espacio sagrado creado por emociones.

y paso un año, otro más, 
sin darse cuenta estuvo en el mismo lugar,
ahora solo, anhelando una compañía carnívora.

y cada año vuelve, porque le gusta,
y cada año vuelve, aunque no quiera,
y cada año vuelve al lugar de los más grandes. 

porque volver es inevitable, 
es una misión continúa,
un destino hablando en forma de perciforme.

y le teme, 
y le ama, 
su paciencia inaudita,
su velocidad sin piedad,
su astucia picuda.