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domingo, 26 de julio de 2020

lista de películas que no he visto

un obsequio ha caído del cielo para recordarme mis sueños olvidados y las esperanzas que creí haber abandonado. 

no eres tú, ni la idea de lo nuestro, es el regocijo de encontrarme con un yo que pertenece a una nueva historia, un yo que he terminado de configurar.

te lo digo entre líneas y también muy claro, que me duele el pasado y anhelo un futuro a tu lado, porque soy esta constante catarsis y un cúmulo de intensidad desbocado. 

y ahora hago una lista de anhelos, los escribo con intimidad y me ilusiono con ellos, que felicidad hacer los planes de un futuro posible junto a mi. para poder por fin sentarme conmigo y ver la lista de películas que no he visto. 

y poder por fin acercarme a la lista de historias que aún no me he escrito. 

lunes, 20 de julio de 2020

no todo necesita ser hablado

Sentado en la esquina de mi bar favorito, recibí el mensaje decisivo. Fui a tu encuentro vestido en color vino. Bajo los efectos del tequila y la gelatina con vodka, y entre luces estroboscópicos, nos dimos el primer beso.

No todo necesita ser hablado.

Casi 4 años después de el suceso, volví a tu encuentro para recoger lo que quedaba de mi, entre fotos, recuerdos y memorias me despedí de tu casa y del gato. Vestido en color vino me despedí de una época que se va y me deja exhausto pero en paz.

No todo necesita ser hablado.

Y nunca seré libre de ti, ahora vives en mis pensamientos, te veo en las lagartijas que escalan la pared, en la luz que atraviesa la ventana, en los lomos de las películas que vimos, en las caminatas por el centro, en el azúcar que se desprende del pan dulce.

No todo necesita ser hablado.

Ya es verano otra vez, ojalá siempre fuera verano, pero a pesar de el calor de nuestra ciudad, ya es invierno para nosotros.


sábado, 18 de julio de 2020

todo fine

Huele a lluvia, huele a ti.
Como cuando nos dejamos
Por la paz, nos dejamos
Era necesario. 
Por nuestra tranquilidad. 
Nos dejamos.

miércoles, 15 de julio de 2020

¿Para qué quieres que te quiera?

Mi sistema límbico ha llegado al límite de sus capacidades. Así como el hígado, los pulmones o el corazón colapsan por sus respectivos excesos, éste, también ha llegado a la cima de sus capacidades.

Perdido en un año sin sentido, busco respuestas a preguntas olvidadas, genero paradigmas y mi sistema operativo crashea como una computadora que intenta procesar más de lo que puede.

¿Para qué quieres que te quiera? Te preguntarías si yo decidiera lanzar la pregunta que carcome en la comisura de mis labios. No sé, es mi respuesta continua y la que arrastro bajo la lengua con un sabor salado.

¿Para qué quieres que te quiera? Para sentir que puedes quebrar al ayer, para llenar el vació de tu insuficiencia, para correr a un pecho desnudo cuando no puedas más, para mirar la pantalla vacía del televisor con un personaje a tu lado, para demostrarte que vales.

¿Para qué quieres que te quiera? Es la pregunta que me hago y que no encuentro como responder.

Ayer, llegué al límite de mis emociones, sucumbí ante mi sistema límbico, ojalá fuera diabetes, ojalá fuera efisema, ojalá fuera una arteria tapada, pero no, son mis pensamientos y el miedo que ya no me dejan espacio para más.


sábado, 11 de julio de 2020

vino de caja

Mi empaque es dudoso, a veces feo a la vista, a veces imposible de llevar. Me veo al espejo y miro los errores que soy, pero ya no puedo, ya no quiero sentirme así.

Por dentro soy más efectivo que otros, en mi cabeza he ideado historias de éxito, amor y lealtad que me da pena compartir.

Y en este ir y venir de las relaciones, me pierdo un momento y conspiro una vez más en mi contra, pues no soy ni me siento suficiente.

No se si es mi esencia o es el empaque que cargo.

Compro vino de caja y me siento defraudado por el exterior pero me embriago solo con su dulce sabor y alcoholizante sensación.

Me pregunto si soy suficiente y miro el púrpura intenso de mi vaso de cristal.

Quisiera arrancarme la piel y llorar, morder cada parte de mi arrancar los trozos, pero así soy, un hechizo en el tiempo, la intimidad de mi cuarto, el dolor de mi llanto. Vino de caja y su delicioso sabor.

martes, 7 de julio de 2020

otro verano

El verde de las hojas de lo árboles anuncia el verano, así como el incandescente sol sobre mi ciudad.

El sudor constante me haca sentir como si poco a poco te me salieras del alma, del corazón, de la piel. Pero no se, no creo olvidar, nunca. No podré olvidar lo que eres, lo que fui.

Habrá que ser valiente para mirar al sol a la cara, para mirar al futuro a la cara, soltarnos de a poco, quebrar el lazo, y llorar por las cosas que fuimos y que tal vez ya no seremos.

El verano se ha aparecido de nuevo recordándome el inicio de lo nuestro. El olor de tu pecho, el sonido de la oleada, los recuerdos de un verano en el que todo cambio.

Quisiera no haber tenido que sufrir el paso de las estaciones del año. Y ya, otra vez es verano, ojalá siempre hubiera sido verano.

viernes, 3 de julio de 2020

cuarentena (2)

Acerco mis manos al acrílico, pero me detengo. No se deben tocar las superficies sucias pues podría enfermar. Trato de vislumbrar lo que hay detrás del azul del agua salada.

Acerco mi rostro y veo mi reflejo, hace un año también fui enviado a cuarentena por un pesar del alma. El cristal salado nos divide, a mi y a mi.

Me pregunto si encontrar paralelismos en mi vida o metáforas emocionales será un defecto o una virtud. Mi yo de hace un año estaba quebrado como yo justo ahora. Y ahora nos vemos frente a frente, tras el acrílico espeso.

Atrapado en la monotonía de mi dolor fui enviado a cuarentena, y como una especie, he penado durante 4 meses entre recuerdos, ansiedad y un virus que pretende atacarme el pecho

Me busco y ahí estoy, tratando de averiguar conmigo mismo si todo lo que nos ha traído aquí ha valido la pena, si el encierro voluntario traerá cosas buenas, si me hará mejor persona.

Y jamás me olvidaré de la primavera,
del olor a humedad que se escapa por las esquinas de mi casa,
de los momentos que quise
y de las fotos que hice.

Y ahora ya nada será igual,
ni yo,
ni mis risas,
ni mi llanto desconsolado,
ni mi andar por el cuarto gris,
ni mi amor por ti.

miércoles, 1 de julio de 2020

TEMPLO EN LLAMAS

Arde, arde el pasto verde. Arde la llanura y arde la tierra.

Arde el pecho porque llevo fuego dentro. Mi sufrimiento vuelto llamas incandescentes que han llenado el vacío de la idea de mi insuficiencia. No soy suficiente, pienso a cada paso. Pienso al verme rabiar.

Arden las brasas, voy a quemarte hasta los cimientos, a ti y al templo que se edificó en tu honor. Voy a sudar hasta hacerme flaco, a vomitar hasta que no quede nada dentro a llorar hasta quedarme seco.

Magullo mis manos, muerdo mis dedos, mi rostro es naranja y rojo, es violáceo, es marrón oscuro.

Arden las llamas frente a mi y observo las paredes, el techo, las ventanas y las puertas. Ya no quedará ninguna abierta porque las he quemado a todas y cada una de ellas.

Que se cimbre el suelo, que el humo crezca hasta la luna, que la noche ya no sea más fría, que sea caliente.

QUE ARDA EL TEMPLO, QUE ARDA YO, QUE ARDA TODO.