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jueves, 24 de junio de 2021

hace un tiempo me dijo un ave...

la terminal de autobuses es un centro ceremonial, idas y venidas. emociones perdidas, ilusiones dispersas. es el encuentro de los mundos y los sentimientos, el paraiso de los enamorados. 

paso de cerca, de vista, y veo las historias que se contruyen entre los andenes y las salas de espera, las manos que se estrujan y las maletas cargadas de ropa, recuerdos y sueños. 

y vuelvo, en esencia, al lugar cargado de energía cambiante, que me llena de emociones sinceras, múltiples. y me veo a mi mismo, sentado, temiendo por el futuro, anhelando historias increíbles y relatos inesperados. llenar el espacio con letras y anécdotas. de besos y pieles. de lágrimas y risas. 

hace un tiempo me dijo un ave que volara, y hoy le recuerdo. sin miedo, sin más miedo. 

lunes, 21 de junio de 2021

LA ESCALERA

Vi a papá caer de una escalera. Me espanté, tuve miedo. Como un niño que teme que su papá deje de estar algún día.

Y no soy, ni por asomo lo que mi padre hubiese esperado, pero intento ser la versión que más lo haga sentir en paz. 

Y te agradezco, por esperarme despierto aunque haya llegado ebrio, por tolerar mi especialidad para tomar malas decisiones, por abrazarme tal y como soy, y preguntarme si estoy bien cada día de mi vida. 

¿A donde iré a parar cuando papá no esté? ¿Quien me ayudará con los problemas de la vida? ¿Con quien compartiré el vaso de coca cola? ¿Quién me regañara por no hacer las cosas que debía hacer?

Vi a papá caer de una escalera. Y tuve miedo. Y tengo miedo del día que ya no esté. 

miércoles, 9 de junio de 2021

Las calles de esta ciudad

Camino por las calles de esta ciudad que tanto tiempo me ha hecho sentir parte, los lazos que se han creado entre mi y estos muros de concreto. Recuerdos clavados en las esquinas y avenidas; aparecen susurrándome al oido. 

Vuelvo en mis pasos, para reencontrarme y también para dejar ir. A cada paso hallo anécdotas, en las tortas de tamal, en el frío de las mañanas, en el ruido apabullante de los autos y triciclos. Los nombres de las personas, los rostros, las voces que vibran en las paredes de mi alma. 

Camino sobre Av, Tamaulipas, veo libros y cervezas. Me veo correr ebrio sobre estas calles a las 2 de la mañana. 

Y comienza a llover, casi como si la ciudad se despidiera de mi. Le odio, y le amo. 

Le odio por recordarme todo lo que soy. Por no permitirme olvidar, por edificar una hoguera en mi pecho cada que pienso en mis sueños y en mi. 

Pero por hoy, decido alejarme de todo ello, y es que me doy cuenta de que aunque mi alma halle su lugar aquí, siempre tendré al mar, mi mar, y mis lágrimas, y mis olas, y mi lluvia. Porque son muy míos. Y porque al preguntarme una vez más a donde pertenezco, sigo sin encontrar una respuesta. 

Y quizá nunca lo haga, pero ahora sé que el único al que pertenezco se encuentra en mi. 

Vuelvo en mis pasos, para reencontrarme y también para dejar ir. Y me alegro, de venir del mar, de edificar mis historias en este pedazo de tierra rodeado de sal y arena. 

Y camino sobre Av. Diaz Mirón, tranquilo de volver a donde por ahora, se encuentra lo que soy.