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miércoles, 24 de abril de 2019

Soy libre

¿Qué es ser libre? Resuena entre las paredes de mis oídos, se mueve el pensamiento alrededor de mi córtex cerebral, es una vaga idea. 

Soy libre, no soy, nadie es libre, tendría que librarme de mis propios pensamientos, tal vez, para intentar serlo o estarlo, como si ser libre pudiera serse o definirse; libre, pienso, nadie es libre. 

Alguna vez lo fui, pienso, me pregunto.

Y ahora todo el ayer pareciera una lejana mentira, un pasado confuso, una sombra olvidada, otra vida, otro tiempo, pues ya no soy, ni seré otra vez. 

Y vuelvo al recuerdo, atesorado, vuelven, como muertos despertados de la tumba sin retorno, y es que al anochecer, me piensan, me recuerdan, me ven sus manos, en sus caras y es que soy o solía ser uno, el que ya no soy. 

Soy libre, pienso, como si ser libre fuera o siera, pero no soy, y tal vez no seré, tendría que estar muerto el cuerpo, tendría que morir el alma, tendría que apagar mi cerebro. 

¿Libre de qué? De mi, de ellos, de ti, de mis pensamientos que carcomen, de mis recuerdos que arden, de la vaga idea de la tranquilidad, libre de qué.


viernes, 19 de abril de 2019

Nos falta tiempo

A través del espejo, te observo a la lejanía, luces tan lejos y al mismo tiempo tan cerca, la mirada de tu retrato me hace reflexionar, pienso en cuantas veces te han roto el corazón, cuantas veces has sentido miedo, cuantas veces te han fallado, cuantas te han hecho feliz. 

Al mirarte otra vez, pienso en ti, pienso en mi, pienso en nosotros en el ayer. Pienso en todo como un recuerdo suspendido en el tiempo, esperando a que termine de cuajar. Le falta tiempo. 

Nos faltó tiempo, y nos faltará más porque no somos y no seremos porque sigo siendo de otro sin ser, sigo sin ser mío. 

Y me romperé, y tendré miedo, y me fallaré. 

Me falta tiempo, nos falta tiempo.

Quién sabe cuantos años más tendrán que pasar. 

miércoles, 10 de abril de 2019

El cuarto gris

Y se volvió gris, sus paredes se volvieron tenues, el color se volvió frío, y como no iba a ser de esa misma forma, se volvió gris igual que los cuartos que lo habían marcado.

Este, el más importantes de los cuartos en los que creció, en los que vivió, también se volvió gris.
Gris como un día nublado, gris como la melancolía eterna que habita en su corazón, gris como las nubes cuando llueven, se volvió gris.

Alguna vez fue azul, azul rey, verde, intentó ser crema, intentó ser amarillo, fue muchos colores, cambió, vibró al compas de quienes lo visitaron, sus paredes observaron desdicha, llanto, amor.

Lo acompañó cuando su corazón se quebró, lo acompañó cuando vislumbró un nuevo reto, lo acompañó cuando rió y también vivió su ausencia, su dolor, sus ir y venir y cobijo a quienes lo visitaron.

Ahora se ha vuelto gris, y es que no podría haberse vuelto de otro color.


viernes, 5 de abril de 2019

Las primeras veces

Y los cuento con los dedos de la mano, y me sobran, porque no puede haber tantos en mi vida, son pocos, pues me sobran dedos de esa mano, y los cuento, y los recuerdo. 

Porque de ellos soy, y ellos son míos, quienes me descubrieron, ante quienes me descubrí y a quienes descubrí. Soy por ellos, y son por mi. 

Un recuerdo inmaduro, una mano suave, un momento temeroso, una emoción en el pecho, son míos, y soy de ellos.

Y fueron las primeras veces, que lloré, que reí, que temí, que me emocioné, y es que siempre seré de ellos, y siempre serán míos. 

Y no solo las primeras veces duele, las demás también duelen, duelen por el recuerdo de aquellas primeras veces, de aquellas veces que fui de ellos, y que fueron míos. 






jueves, 4 de abril de 2019

Luna #2

Se encontró fumando y bebiendo solo como un teporocho, como un vil alcohólico en la habitación de un color chillante, que solo de verlo, lo hartaba. Miraba la luna en medio de la negrura de la noche y que se extendía hasta el infinito. De repente sintió ganas incontrolables de llorar y gritar, de lamentarse, pues la Luna le recordaba a él, le recordaba a la gran ciudad, le recordaba a su infancia, siempre veía a la luna más y más lejana. Ahora estaba ahí, estancado, como si el mismo se hubiera amarrado y detenido el curso de su vida. Busco en sus recuerdos todos sus sueños, pero no los encontró, bebió de un solo golpe el último trago de cerveza y arrojó la lata a un lado de la cama como culpándose, aborreciéndose y dándose cuenta en lo que se había convertido.