Ella vino del lugar donde al aire es limpio, del lugar entre cerros, donde la gente cálida y del color de la tierra. Viniste a caminar sobre la arena, sobre el sendero, junto a la espuma.
Sus manos gorditas y morenas cubrían mis ojos, a veces me ofrecían un pan o un abrazo.
Su olor era a jabón y a ropa guardada. Jugaba conmigo cuando todos se iban, y sabía quien era yo cuando nadie sabía.
Lloró por las noches, y en los rincones y supo ser fuerte, y supo luchar porque de donde vino así le enseñaron.
Quisiera cargarla, porque es pequeña, pequeña pero enorme, tan enorme como su amor, tan enorme como su valor.
Lloró por las noches, y en los rincones y supo ser fuerte, y supo luchar porque de donde vino así le enseñaron.
Quisiera cargarla, porque es pequeña, pequeña pero enorme, tan enorme como su amor, tan enorme como su valor.
Y ahora estas vestida de mar.
Y se ha ido con dios, pero no morirá porque del lugar donde viene, Dios nunca muere.