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lunes, 7 de enero de 2019

Alfonsina y el mar

Ella vino del lugar donde al aire es limpio, del lugar entre cerros, donde la gente cálida y del color de la tierra. Viniste a caminar sobre la arena, sobre el sendero, junto a la espuma. 

Sus manos gorditas y morenas cubrían mis ojos, a veces me ofrecían un pan o un abrazo. 

Su olor era a jabón y a ropa guardada. Jugaba conmigo cuando todos se iban, y sabía quien era yo cuando nadie sabía.

Lloró por las noches, y en los rincones y supo ser fuerte, y supo luchar porque de donde vino así le enseñaron.

Quisiera cargarla, porque es pequeña, pequeña pero enorme, tan enorme como su amor, tan enorme como su valor. 

Y ahora estas vestida de mar.

Y se ha ido con dios, pero no morirá porque del lugar donde viene, Dios nunca muere.