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domingo, 16 de octubre de 2016

El mundo de los 'Éramos'

Lejos de aquí, no sé exactamente en donde, existe un lugar del cual tampoco sé mucho, un lugar conocido como "El mundo de los Éramos". Un pedazo de universo donde cohabitamos sin darnos cuenta, pero no exactamente nosotros, sino unos que se han quedado atrás, que se han quedado olvidados.

Qué pasa con ese lugar donde habitamos todos sin saber lo que vendrá después, con la ignorancia de lo que vendrá en el futuro. Me pregunto si será muy diferente su mundo al nuestro, si serán más felices o más tristes, si habrá más delincuencia, si habrá menos corrupción. Si habrá más sueños rotos o mejores historias de amor.

Quizá tengan mejor cine o mejores tazas de café. Quizá tenga mejores pláticas a la luz de la luna o menos desvelos por culpa de los amores perdidos. 

De lo único que puedo estar seguro, es que en aquel mundo en el que habitan los 'Éramos' existen otras versiones de nosotros, menos expertas, menos sabidas de la vida, más ignorantes, pero quizá con mayores esperanzas.

Ojalá nunca encontremos la ubicación de aquel mundo, quizá para los 'eras' no sería bueno vernos.

Llegaríamos a su mundo con muchas respuestas a sus dudas, los aturdiríamos con certezas a preguntas que quizá ni se han formulado, sacudiríamos su inestable mundo con verdades que quizá no estén listos para escuchar. Su pedazo de universo simplemente se desplomaría. 

Es mejor no toparnos con aquel lugar donde vive quien era yo, donde vive quien eras tú, y tú. Donde habitan todos los 'eramos'.



lunes, 10 de octubre de 2016

Hechos de dolor

El paso de los años nos hace darnos cuenta de nuestra verdadera personalidad. Las experiencias a las que  nos enfrentamos nos van mostrando quienes somos en verdad, de que somos capaces y como reaccionamos ante las situaciones. 

Poco a poco me voy encontrando a mi mismo, poco a poco me veo reflejado en mis textos, que por si solos me describen sin siquiera intentarlo. Quién diría que aquellos textos que iniciaron como lamentos nocturnos forjarían lo que soy ahora.

La felicidad es un breve oasis en el desierto de la tristeza, y aunque suene lamentable, creo que vale la pena recorrer mil millas de desierto para toparnos por un momento con ella. 

Y si me atrevo a realizar esta analogía, es porque considero que realmente la felicidad se da en breves espacios, aislados uno del otro, y que debemos aprovechar el poco o minísculo tiempo que duren. 

Suena algo triste la vida vista desde este modo, pero es que la vida en si es tristeza, melancolía, desesperación y angustia del que vendrá. Y está bien, así es, y así debe ser.

Releo mis textos y noto que cada dolor me ha vuelto quien soy ahora. 

No sería el Ivan que soy ahora sino fuera por aquellos desvelo nocturno de puberto al darme cuenta que por más que se amará a alguien, era imposible hacerlo cambiar de orientación sexual. 

No sería el Ivan que soy ahora sino hubiera decidido abstenerme del que creí ser mi más grande sueño. 

No sería el Ivan que soy ahora sino hubiera escrito esos textos a deshoras de la madrugada, cubierto en dudas, miedo, llanto y dolor. Textos que si pudieran olerse o degustarse, sabrían a un Enrique , que olerían o que se sentirían como el desprecio de un Luis David. 

No sería el Ivan que soy ahora sino me hubiera hundido en un sueño que duró 6 meses y me enseñó mucho más de mí que un espejo y que me enseño mucho más del mundo que una escuela. 

No sería el Ivan que soy ahora sino me hubiera arriesgado contra todo pronóstico a husmear en el pasado para encontrarme con un amor  llamado Juan Pablo. 

No sería el Ivan que soy ahora sino me hubiese dado cuenta que las relaciones son verdaderamente difíciles, y que son un bien mal que no le desearía ni al peor de mis enemigos. 

Y así un sinfín de historias que se fueron relatando en mi vida, algunas cortas, otras largas, unas tristes, otras más felices pero dolorosas. 

Cada una queda como un tatuaje sobre mi piel, pero no como cualquier tatuaje. Ojalá quedaran como una simple nube, pero no, quedan más dentro, más profundo, tatuajes que ni una sesión de rayos láser podrá remover. 

No sería el Ivan que soy ahora sino fuera por todo ese dolor que me ha ayudado a sentir felicidad. No seríamos quienes somos ahora sino estuviésemos hechos de dolor. 


jueves, 6 de octubre de 2016

Pedazos de textos robados

Hace tiempo que estaba un poco obsesionado contigo. Con tus ideas sueltas y libres, pero mucho más con tu prosa. Por precisa. Por violenta. Muy de acuerdo en tantas de las cosas que decías, y en otras, pues no. Lo que sí es que me tenías enamorado de tu forma -tan exacta- de decirlas. Nada como ir al grano.

Odiar siempre (y mucho) los lugares comunes. Gracias por eso. No ir con el cauce del río, ni habitar en la retórica. No importa que el río parezca que corra a la izquierda, o que la retórica sirva para cultivar la utopía. Mejor nadar. Mejor remar. Mejor preguntar más y contestar menos. Mejor no envolverse en rollos. Pinche Pepe, te hubieras ido a por él, carajo. Se hubieran ido al diablo. Juntos.

Si me preguntan. Y espero me pregunten. Por conciso y hondo. Fuiste incorrupta congruencia. Qué desfachatez. 

lunes, 3 de octubre de 2016

¿De qué va?

De qué va la vida en realidad, ¿de hacer cosas o de planearlas? ¿pensar es una habilidad o quizá un defecto? 

De que va la vida cuando uno siempre piensa todo. Los por qué, las respuestas a las cosas, a las mentiras, a los sentimientos. Cuando nos cuestionamos todo lo que vemos, oímos o sentimos. Cuando tratamos de encontrar desesperadamente respuestas a preguntas que quizá no existen. 

Pienso y pienso, me cuestiono. Por eso quizá soy tan indeciso, por eso quizá me es tan difícil dejar las cosas atrás.  
                       
¿Quién dijo que en la vida vas a amar a alguien a la vez? Cuando a veces se ama a varios, a desmedida, a destiempo, de distintas formas, con lejanía, con cercanía. Se ama con dolor, se ama con rabia, con locura, con tristeza, incluso con odio o con asco. Se ama a destiempo, se llega tarde y se llega temprano. Se ama cuando a veces ni uno mismo lo hace. Se ama contra todo pronóstico, se ama con miedo, en silencio, en la oscuridad. Se ama en la miseria, se ama en pedazos.                        

Quisiera que no existiera el lenguaje para no tener que inventarle palabras a sensaciones que no existen. 
                        
¿Quién dijo que había que vivir en parejas? Cuando a veces basta con tenerse a uno mismo con sus ideales. ¿Y en verdad se ama a los demás? ¿O solo se ama la forma en la que contribuyen a  lograr los ideales propios? ¿De qué sirven los ideales para una vida que tiene un mismo fin para todos?     
                 
¿Es mejor irse o quedarse? ¿Es tan malo solo ver llover? ¿Qué hay de malo con lo seguro? ¿Con querer una vida sin tantos riesgos? ¿Y también qué hay de malo con querer hacer de todo, de destrozarse a uno mismo?   
                      
¿Hay lógica? ¿Hay algún manual?                         

¿Qué hay del tiempo? ¿Qué hay del amor? ¿Qué hay de los pensamientos?                         

Habrá que quebrarse en pedazos para saber que hay dentro de nosotros. Habrá que quebrar en pedazos a alguien más para saber que hay dentro de ellos. Habrá que quebrarnos la cabeza, el alma y el corazón tantas veces sea necesario para tratar de encontrar respuestas a preguntas que no tienen lógica. Ni sentido. A preguntas que ni siquiera existen. 
                     
Habrá que encontrarle lógica a un mundo que no lo tiene, a un mundo que se crea y se consume a si mismo. Tal y como nosotros. Habrá que vivir una vida por el simple hecho de vivirla.