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domingo, 22 de noviembre de 2015

Partir de mí

Se que tienes que partir de mi, se que tienes que crecer, se que hay algo palpitante en ti que ahora tiene que salir.

Es oficial, mi carta de aceptación en la universidad La Salle D.F se hizo presente en mi bandeja de entrada de correos. 

Debo admitir que al verla, me hizo sentir una vez más ese sentimiento de inseguridad en mí ser, no cabe duda que por más que crezcamos, siempre seguiremos siendo iguales en esencia. Pero esta vez las cosas deben ser diferentes, no se aceptan errores otra vez.

Cada vez que recuerdo lo ocurrido la última vez, viene a mi una sensación de melancolía, no porque esté arrepentido, pues considero que mis decisiones fueron correctas. Estoy agradecido por el lugar en donde estoy, y por las personas que están conmigo. Sin duda he aprendido muchísimas cosas y el niño de 18 años ha cambiado bastante.

Y sí, una vez más tengo miedo, pero eso es algo natural en los seres humanos. Quiero ir a lugares que no he conocido, conocer personas. Quiero que las personas oigan cosas de mí que jamas han escuchado, y que vean cosas de mí que jamás han visto, pero para que esto ocurra tiene que haber cierto sufrimiento. Cambiar duele. 

La música es esencial en mi vida, no me imagino un mundo sin ella, me ha acompañado en todo momento. La música me permite que recuerde pasajes que atesoro, y a las personas que amo, o alguna vez amé. 

Algunas personas tienden a criticar otros géneros musicales, ajenos a aquellos que les agradan, pero considero que cada género es significativo en algún modo. Y si hago énfasis en esto, es porque hasta la melodía más tonta o vacía puede recordarnos un sentimiento sumamente profundo

Las cosas y las personas no son buenas ni malas, todo depende del contexto.

Que venga una etapa más, una etapa muy importante en su vida, una etapa muy importante en una persona muy importante, probablemente la que más le enseñe hasta ahora. Esta vez no se la puede perder. 


sábado, 14 de noviembre de 2015

Atado

Continuó sin sentirme libre. A pesar de haber compartido mis secretos, dicho verdades y expresado mi verdadero ser. Sigo guardando recuerdos, y recordando personas que no valen la pena. 

Quizá todo se deba a mi eterno sentimiento de inseguridad acerca de dejar ir las cosas, siempre lo hago, no importa en qué ámbito sea, soy así, siempre he sido así. 

Me duele muchísimo tirar objetos que poseo, así sea una simple libreta inservible, dibujos que personas importantes me regalaron, cartas con palabras tontas, momentos o personas que me marcaron. 

Soy de esas personas que se aferra a sus posesiones con todas sus fuerzas, no porque sea envidioso o posesivo, sino porque alguna vez luche por tenerlas, y no pienso dejarlas ir tan fácil. Así sea la cosa más simple, siempre hay una lucha por todo aquello que declaras tuyo. 

A veces simplemente considero que tengo que aprender a dejar ir cosas que ya no me sirven, pero siempre siempre termino atándolas a mí. 

He tratado de cambiar, tratado de olvidar o intentando perderme para volverme a encontrar, pero termino llevando todo conmigo. Me imagino cómo un pequeño viajero que carga una maleta inmensa, una maleta con la que a veces no puede, pero con la que ha aprendido a vivir. 

No diré que debería empezar a dejar ir las cosas, porque eso sería ser hipócrita conmigo mismo, sería mentirme una vez más. En cambio, pienso que es mejor admitir que así soy, que así me gusta ser. 

Aunque me desgaste y aunque pese, me encanta recordar, no dejar ir, y aferrarme a todo aquello que quiero. No importa que sea del pasado, que ya no tenga valor absoluto, prefiero tenerlo conmigo, y llevar todo eso a donde quiera que vaya. 

Me ato a lugares, a personas, a cosas o a sentimientos, eso lo sé; pero también sé que nos atan a nosotros. 

Objetos tontos, lápices viejos, cartas con hojas de libreta, heridas en el cuerpo, momentos eternos, palabras bellas y personas inolvidables. 

Es mejor para mí llevar todo conmigo, que andar tirando a la basura todo aquello que alguna vez sentí. 


miércoles, 11 de noviembre de 2015

Déjame cantarte un vals

Creo que ya le he dejado claro al mundo entero que el cine es una de mis más grandes pasiones. Hay diversos motivos por los que considero esto, pero uno de los principales es debido al hecho de que  nos brindan una que otra frase memorable con significados sumamente profundos. 

Hay guiones que se vuelven inolvidables por sus excelentes frases y reflexiones, incluso llegan a cambiar nuestro modo de pensar, o sobre el camino por el que llevamos nuestra vida. 

Amar siempre es mejor a que te amen. Amar cambia mundos. Amar cura el cancer. Amar nos hace levantarnos con una sonrisa en el rostro. Amar es eso que nos hace luchar por todo aquello que nos atemoriza e ir tras todo aquello que queremos. 

Amar siempre es mejor a que te amen. Ser amado sin amar termina por aletargar a las personas. 

Creo que con el simple hecho de amar, estamos completos. Hay personas que no saben cómo es, o cómo se siente. 

A veces las películas nos dan mensajes contradictorios, sobre qué es mejor para nosotros. Nos dicen que no nos dejemos de lo demás pero también que amemos sin medida, incluso cuando nos han dañado, pero bueno, al fin y al cabo son películas, no más que historias inventadas. Queda en nosotros discernir cuál es la mejor opción. He decidido inclinarme por la segunda opción. 

Cada vez que he amado a alguien es porque en verdad lo siento, porque lo vivo, y aunque a veces digan que soy un cagado, cuando se trata de algo que me importa, nada me limita a hacerlo.

Creo que hasta este punto de mi vida, no ha habido nadie que me ofrezca amor con tanta intensidad como yo lo he hecho, pero el amor no se trata de pedir, sino de lo que uno pueda ofrecer. 

Las heridas y marcas son bellas, y los aprendizajes son invaluables. 

Si te hieren ama más, si te dañan ama más, si te mienten ama más. 

A veces creo que jamás dejo ir a las personas, siempre guarda algo de cada una, no importa que tanto me hayan herido o que tanto haya llorado. Siempre recordaré las cosas con amor, y con agradecimiento por las lecciones vividas. 

Puede que me ames, o que no lo hagas, mentiras o verdades, sepa dios lo que son, ya no pienso complicarme la vida. Solo me quedo con el placer de haber amado sin medida, y aunque a veces uno parece haberse humillado, no hay nada que valga más la pena que humillarse por quien uno ama. 

Esta noche, déjame cantarte un vals que salió de la nada, de mis tristezas, de mis pensamientos, de las noches. 

"Cuando eres joven piensas que habrá muchas personas con las que podrás conectar, luego avanzando en la vida descubres que ocurre contadas" 
Before Sunset 

Seguiré caminando sin preocuparme por este camino llamado vida, aún me quedas lugares que visitar, personajes que conocer e historias que recordar. 


lunes, 2 de noviembre de 2015

Historias inventadas

Los humanos decimos mentiras por naturaleza, es una habilidad natural que traemos desde que nacemos, todo sea por evitar un castigo, un problema o alguna situación penosa. La mentira puede ser un arma excelente si se emplea correctamente. No hay nada más valioso que una mentira bien contada, bueno, sí lo hay. No hay nada más valioso en este mundo que la famosa verdad, ese pedazo de mundo en el que no caben las dudas, las mentiras ni los susurros.

Son muy pocos los humanos que se atreven a hablar completamente con la verdad, a todos nos da miedo enfrentarnos a ese sentimiento de completa desnudez espiritual, evidenciando los hechos como son, como se sienten. Quizá es por eso que pocos se atreven, a nadie le gusta lucir débil, quedarse totalmente al descubierto ante alguien más. 

Por más que querramos ser sinceros, siempre habrá algo de falso en las palabras que pronunciamos, incluso en nuestros propios pensamientos nos mentimos a nosotros mismos, como ya dije, todo sea por no lucir débiles. 

A veces prefiero escribir la vida de los personajes que he creado, sufriendo o gozando sus decisiones y sus consecuencias. Es más divertido que andarme complicando mi propia vida. Creo que a eso se debe que la mayoría de las personas de nuestra época se refugien en las redes sociales, en películas o libros, incluso en las bobas telenovelas, es más fácil sufrir por las desgracias de otros que andarnos mortificando por las nuestras. Incluso podría decir que a veces nos llenan más los triunfos de otros que los nuestros. Es más cómodo, es más seguro. Qué sentimiento tan mediocre,  pero tan útil. Escapar de nosotros mismos por el miedo. Escapatoria fácil para los idiotas. 

Pero ¿qué son las películas, libros, etc? Al fin y al cabo no son más que historias inventadas en las que nos refugiamos, ¿lo ven? Se los dije, a los humanos nos encanta mentir, pero más que nada, nos encanta mentirnos.