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lunes, 23 de noviembre de 2020

Tomás

Yo quería unir mis dedos rotos con los tuyos, enlazar las manos que tanto ha trajeteado la vida, ignorar el presente e irme de boca contra la avenida, pero la casualidad dijo que no iba a ser así. 

Ahora que lo nuestro ya no existirá, duele. Duele como una herida imprevista, una herida ligera y ardiente, de esas que lasceran sobre los dedos de las manos o que arden como pellejito insufrible.

Y es que duelen más las historias que no ocurrieron, las que se quedaron en veremos, las que idealizas y que abruptamente se apagan.

Voy a llorar por todo lo que no fuimos, porque te quise sin que lo supieras, porque me permití sentir mucho más y quebrar el molde de lo nuestro. 

La casualidad no quiso, y no será, pero que esto que ahora se ha apoderado de mi cuerpo sirva para alimentar la esperanza de que algo mejor vendrá. 

A veces despierto con ganas de pesar una vez más, pero hoy, decido ser leve. 

no estoy solo

 ¿solo? solo

¿seguro? sí, ¿a qué le tienes miedo?

¿solo? así es, solo. 

dudo, me pregunto, temo, lloro. pero es que si lo voy a hacer lo tengo que hacer solo, así es solo. caminar hacia adelante, saltar con miedo, aventarse al vacío y de ahí, pues vemos, pero sí, solo. 

¿solo? solo

¿seguro? hoy más que ayer, mañana más que nunca.

¿solo? sino es ahora, entonces cuando. 

sino hay excusas, sino hay más mentiras que elucubrar es el momento ya, porque aunque pienses que es estarás solo, no estas solo.

no estoy solo. 

viernes, 20 de noviembre de 2020

la bicicleta

me caí andando en bicicleta, me raspé el brazo y me salió un moretón en la pierna. olvidé mirar al frente y terminé de golpe contra la acera. 

husmeando en los moretones de mi cuerpo; observo que por dentro tampoco luzco bien, hoy me siento un poco podrido, un poco roto. mas bien sin ser parte. 

la constante sensación de sentir de más, pensar de más, querer de más. me aflige, y es que ya no se si soy yo o son los demás, pero aquí dentro se siente mucho más.

a veces me canso de escribir también, mis palabras son mis pensamientos y estos pensamientos son mi carácter. 

y ya hasta me caigo mal de sentirme mal por cosas que al parecer no importan para nadie, y ojalá tampoco importaran para mi. 

me caí andando en bicicleta, y lloré de dolor, pero también lloré por ti, por él, por ellos y quien sabe por cuantas cosas más. 




miércoles, 18 de noviembre de 2020

la estufa

la paquetería llamó a la puerta, dos hombres uniformados dijeron mi nombre, firmé unos papeles y dejaron el paquete frente a la casa. 

estufa color gris, marca mabe. hacía norte en veracruz y aire tibio golpeaba los árboles y mis mejillas.

después de unos días de sentirme agüitado, di de frente contra una realidad. no se trataba de la estufa, se trataba de irse, crecer y partir. 

correr sobre el pasto sin zapatos, aparecer a media noche borracho o llorar bajo las sábanas limpias. comer antojitos el fin de semana o mirar la tv a mediodía. 

no solo irme de aquí sino de muchos lados, de tantos brazos anhelados a medias, de la idea podrida de lo nuestro, del sufrimiento de mis yo fragmentados. 

le canto al electrodoméstico que es la imagen viva de mis sueños y dolencias, la catarsis hecha realidad. 

me iré pronto de aquí, de tantos recuerdos, de tantas cosas, de tantos yo que ojalá y me hayan servido para algo o tal vez para nada. 

y a la próxima que prepare frijoles negros, no seré otro, pero sí seré uno más de estos que soy yo. 

martes, 17 de noviembre de 2020

Lamento

Lloro por mi, nunca lloro por nadie más. Mis energías no caducan, siempre hay tiempo para algo más, para el trabajo, para el esfuerzo, para la tristeza.

Recibo a la época en este, mi lugar favorito, donde yace la idea de mi o de lo que se supone que soy yo. 

La música que narra mis historias, el colapso emocional y el ataque de realidad. No dejo de ser yo, aunque quiera. 




viernes, 13 de noviembre de 2020

los tibios

no se sentir de a poco, o caigo en la indiferencia o me entrego a la locura sin medida, así, sin medias tintas, como si del cuerpo se me escapara una energía imposible de contener. 

no es queja, más bien se agradece. no puedo ir por la vida sintiendo de a poquitos, de apariencias, pa' quedar bien. yo te quiero a lo bestia, te hago letras y fotos. te lloro por lo bueno y por lo malo, te extraño con canciones melancólicas de fondo. 

y reitero, no es queja, no espero nada, allá los demás, que le temen a sentir sin medida, a entregarse como sino hubiese nada que perder, como si estar vivo en si no fuese ya peligroso. 

en esta oda a mis emociones desbocadas pienso cuantas veces, cuantos rostros, cuantas noches a la luz de la luna llena me he sentido un caballo desbocado, anhelando derretirme sobre la arena, irme con el viento o fundirme con el mar. 

allá ustedes, los tibios, yo siento y soy feliz de sentir. 


jueves, 12 de noviembre de 2020

la barca

sobre la orilla de la playa, 

la noche es oscura, pero no violenta.

junto a la barca, se mecen mis dudas. 


tu voz, un canto a mi alma,

edulcorante sabor de la cebada.

la existencia de tu alma.


se me ha perdido nada,

lo he encontrado todo

en tu mirada agüitada.


lo sucio de tus risas, 

los zapatos mancillados,

las heridas de tus manos.


te pierdo de apoco,

te extraño en silencio.

lo alucino todo. 


otro día, 

poesía sintética,

las ruedas me guían. 






domingo, 1 de noviembre de 2020

halloween

pienso en Laurie, asustada por el demonio que la persigue, angustiada por la situación en la que se encuentra envuelta, ¿ella lo habrá provocado? ¿es su culpa? pienso para tratar de entender su situación. así que se arma de valor y toma la decisión, de enfrentarse a ella misma, al pasado que arrastra al terror de sus pesadillas. 

contagiado de emociones, vuelvo al lugar prohibido, quizá para probarme que he cambiado, que no tengo miedo, o tal vez solo para darme cuenta que soy un hipócrita.

pero no soy valiente y la vida me lo recuerda con un madrazo en la cara. miro mis manos cubiertas en rojo ardiente. jamás había visto mi sangre tan roja, tan viva. corro por las calles como Laurie, escapando del terror que le tengo a soltar, anhelando ayuda externa, pensando en todo lo que no soy, llorando. 

¿cuándo sentirá paz? habría que cortar mi cabeza.