Un piquete, creo que fue en mi tobillo. Los moscos dejan un dolor extraño cuando hieren.
Otro piquete, en el brazo, se siente raro cuando te olvidan. Mi cuello, otro piquete, pienso mientras me rasco y trato de ignorar tu desprecio.
La espalda, es otro ardor, como el de tu indiferencia.
Hay muchos moscos en el cuarto.