Lloro por mi, nunca lloro por nadie más. Mis energías no caducan, siempre hay tiempo para algo más, para el trabajo, para el esfuerzo, para la tristeza.
Recibo a la época en este, mi lugar favorito, donde yace la idea de mi o de lo que se supone que soy yo.
La música que narra mis historias, el colapso emocional y el ataque de realidad. No dejo de ser yo, aunque quiera.
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