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jueves, 12 de diciembre de 2019

Las luces

Ahí yacía yo, recostado sobre una superficie incómoda, retorciéndome del frío que carcomía mis huesos y mis pies. 
Sentí dolor en las encías, un ardor que carcomía mi ser hasta llegar poco a poco a mis nervios. No podía ver bien que pasaba a mi al rededor, escuchaba voces que susurraban futuros distantes y confabulaban en mi contra. 

Vislumbré un par de luces sobre mi rostro, borrosas, lejanas, bellas. Aparecieron justo ahí, casi cegando la poca vista que tenía, tranquilizando el dolor que sucumbía a mi cuerpo. 

En medio del lugar helado, sufrí por mis errores del ayer, desgarré mi mandíbula hasta que sangrara y escupiera las cosas que no dije, sentí el dolor en la garganta, una garganta que dolía por tragarme todos los secretos que no dije. 

Y vi las luces una vez más, ahí, suspendidas sobre mi, lejanas, cercanas, borrosas, como un mensaje claro al que aún no tengo acceso, un futuro que aún no logro hacer que me pertenezca, un camino que aún no veo claro. 

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