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lunes, 12 de octubre de 2015

Aquél lugar

He visitado lugares, recorrido caminos y respirado otros aires, pero ninguno me ha dado la seguridad, ni la tranquilidad como lo es estar en casa. 

Es el único lugar de la tierra donde puedo ser exactamente yo mismo, y al igual que yo, mi hogar también ha cambiado mucho a través del tiempo. 

Cuando era más pequeño, había un jardín en la entrada, era el más hermoso y bonito de todos. Y no hablo poéticamente, en verdad había un hermoso jardín que con el tiempo y el descuido terminó convirtiéndose en un patio.  

Un día, sin previo aviso, decidieron ponerle cemento encima y convertirlo en un suelo plano, ahogaron su belleza convirtiéndolo en algo banal y aburrido. Pasó de ser un lugar lleno de vida, a ser una superficie gris y sin gracia. Mi lugar favorito en la casa había desaparecido. 

Me doy cuenta que era mi lugar preferido porque siempre he sentido una gran conexión con la naturaleza, con ese lugar del que provenimos y del que nunca debemos olvidarnos por más lejos que lleguemos. Es muy importante no olvidarnos de nuestro origen, y de esa esencia dentro de nosotros.

Los colores verdes me encantan, la sensación de paz del aire libre, y esa sensación de tranquilidad y melancolía  me llenan completamente. 

Con el tiempo me di cuenta de que no solo un lugar te puede hacer sentir así, también las personas pueden hacerlo. Una persona puede llenarte de esa forma y hacerte sentir tan seguro. Una persona puede volverse tu hogar.

Así como taparon fría y drásticamente el verde del pasto y los colores de las flores con cemento, así cubrí mis sentimientos. A lo bestia, a lo vil, sin permiso de nadie. 

Puede que las cosas ya no sean iguales, pues con el tiempo han cambiado. Puede que mis sentimientos ya no sean los mismos, pero siempre existirá ese pasto verde debajo del cemento tratando de volver. Y buscando la forma de florecer aún en contra de la dureza de aquello que lo cubre. 

Siempre recordaré aquél hermoso jardín, y puede que en algún momento, y de forma sorpresiva vuelva a surgir. Puede que al ir creciendo encuentre uno nuevo, y mejor que el otro jardín, pero al final, uno siempre termina recordando esos lugares donde alguna vez amó la vida. 

"Hay personas que te cambian, y que te marcan para toda la vida. Tú eres esa persona"



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