Nunca había deseado tanto algo como ésto, nunca había pedido algo con tantas ganas, creo que si algo llegara a salir mal, terminaría totalmente devastado y a la deriva sin nada que hacer, pero, las cosas deben continuar.
La música deprimente suena mucho en el aire denso del cuarto, la cuenta está llegando a su fin y la respuesta final no dará vuelta atrás.
Ni las cuestiones personales, ni la basura que se cruce en el camino ya no me detendrá del camino final, todo debe seguir su curso. Quizá solo, quizá acompañado, quizá nada, pero lo mejor tiene que venir.
Trazamos la carretera de todo lo que deseamos, poco a poco nos va mostrando todo lo que tiene para nosotros.
No es tu culpa, ni la mía.
No te tenía en estos planes, luego sí, y ahora ya no, ir y venir en libertad es crítico, quiero cerrar las puertas que he olvidado cerrar y abrir unas mejores para mi.
Me paso una vez, y una segunda, la segunda un poco peor, desearía volver al inicio, donde todo era mejor, donde los amigos conversaban con el café de la tarde y entonábamos esa canción junto a la guitarra, devuélvanme todo eso una vez más, unos instantes de inocencia. No había prisas, estaba en mis inicios, sentarnos en la acera y ver los autos pasar era lo mejor de esta vida, no había prisas, no había planes, solo dejábamos tontamente el tiempo venírsenos encima, sin saber que lo peor vendría a destruir nuestras esperanzas y tranquilidad. Quiero cantar una vez más esa canción y desperdiciar la tarde en tonterías, no estamos preparados para esto, pero la vida nos empuja sin más remedio, el tiempo se está acabando, una vez más el tiempo se mete en mis planes, todo es tan rápido, no se detiene, va más veloz, no se detendrá por nada, por nadie. Un paso en falso puede quitarte todo el juego, quizá no estemos listos, pero esto se está acabando.
Me equivoqué de nuevo, lo hice una vez más, fallé, ya no hay más.
No es tu culpa, hoy puedo confiar un poco más, siempre hay que esperar, ya vendrá eso que estamos deseando.
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