Vuelvo sobre mis pasos,
pisadas sobre la lluvia,
mojan mis tenis y los llenan de lodo.
Caminar por las calles del centro en un día lluvioso me hace sentir vivo,
me hace sentir parte de este lugar que se cae a pedazos.
Y no soy distinto, pero sí.
Y vuelvo a mirar atrás,
mirar las pisadas.
De este yo que se cae a pedazos a veces,
pero así mismo se mantiene firme, observando al mar.
No soy distinto de mi ciudad.
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