noches de agosto que alteran mis sentidos.
la luna es un azar, observada por quienes la miran
y yo no soy más que huesos, piel y cicatrices.
perdido en las noche, construí una historia de verano,
corrí por las estaciones para llegar a verte.
me esperaban tus labios embriagantes.
y soy intenso porque así me mal acostumbraron,
a no estar listo para los abrazos,
a mal tomar los besos de extraños.
me hizo falta,
y ahora anhelo.
entre sábanas mojadas y el sonido de las moscas
edifiqué este poema que no te voy a declamar,
lo voy a guardar para mi.
el asco de nuestro contacto carnal es una oda a mi coraza despedazada
es el sonido continuo del ventilador
y el enojo de Glenda en la habitación contigua.
la música que narró el encuentro
en la cima del médano nuestros susurros
y yo no soy más que imperfecciones y sudor.
no soy nada más que un humano.
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