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sábado, 9 de febrero de 2013

Nunca vayas a decir nunca.


Estamos a inicios del corto y más rápido mes del año, y ya casi parece que se va a terminar. No cabe duda que desde que inició este año, el tiempo se ha ido más rápido (¡ay! maldito tiempo) o es así como lo veo.
Reiteradamente les he hablado sobre la inseguridad, angustia, felicidad y alegría que me causa este último semestre de bachillerato, la última parte de esta etapa de mi vida que ya se me fue, y, es que así de bipolar como suena, así me siento.
Nunca imaginé, lo que tendría en este punto de mi vida, y sin embargo si me hubiesen dado ha elegir, hubiese elegido esto, es simplemente imperfecto, y lo imperfecto es lo mejor.
Quizá mi mente ha evolucionado mucho estos últimos meses o quizá años, pues he desarrollado otra forma de ver las cosas, que sin embargo no dejan de lado mi criterio de esta vida tan compleja.
Hace un par de meses, todo lo que estoy haciendo en este justo instante ya me lo había imaginado, lo había pensado y planeado, sin embargo, aveces no puedo creer que ya estoy en ese futuro y se ha vuelto presente.
Todo luce tan...es difícil de explicar, pero puedo decir que todas aquellas cosas que he querido hacer, lograr y decir de alguna forma el mundo, Dios y las circunstancias conspiran para que las logre.
Nunca vayan a decir nunca, pues puede que se arrepientan, en este momento juro que me arrepiento de haber dicho nunca, pues lo que creí que nunca sería, ya es, y es perfecto.
Heme aquí 23 días del examen que cambiará mi vida totalmente, siempre y cuando todo salga como yo espero.
El tiempo está corriendo, como lucho contra él, nunca lo voy a entender y jamás le ganaré, pero es incluso divertido este sentimiento todo de odio hacia el pobre tiempo que nada tiene la culpa, pero querido tiempo, lástima, contigo tengo que desahogarme, corres muy rápido y más justo ahora que quiero que vayas lento, suave y pacífico.
Todo lo que vivo en este momento debería ir más lento, en cámara lenta e incluso con botón de rebobinar, pero si fuera así, la vida no sería tan divertida como lo es.
Nunca vayas a decir nunca, o quizá si debas decirlo, al final de cuentas, eso que decías que nunca sucedería, será una de las cosas más perfectas, no te vas a arrepentir. 

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