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lunes, 10 de octubre de 2022

hiedra venenosa

Soy malo, tan malo como el veneno, con hiedra en la sangre que se esparce por doquier, se hace larga y enraiza en las paredes de mi ser. 

En las cavidades de mi alma hay espacio para el bien y para el mal, para ofrecer un abrazo o una venganza inmaculada. 

Que la sinfonía de mi voz sirve para elaborar imágenes sin sentido, palabras mordaces y un sinfín de abruptos golpes de odio. 

Porque defiendo quién soy y arribo con inteligencia la maldad que se forma en mí. 

Yo creí que sí, que podía ser bueno, pero me doy cuenta que soy más que eso; este perfil grisáceo, blanco a ratos, negro a ratos que se aferra a la idea de la moral.

¿Moral? No se qué significa, pero supongo que existe la posibilidad de no ir al infierno, a pesar de que sea malvado por ratos. 

A pesar de que exista una hiedra venenosa que se enraiza en mi pecho, y poco a poco aprieta mi cuello. 



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