Seguidores

miércoles, 9 de agosto de 2017

El niño que no sonreía

Mi trabajo me ha obligado a toparme todos los días con niños, a grabarlos, a fotografiarlos. Mi trabajo consiste en ver sus caras todos los días y casi todo el día. 

Solo hay algo que puedo ver en sus caras, y es un estúpida ingenuidad que a veces me causa envidia, un anhelo extraño que viene a mí por momentos de la mañana e incluso por la tarde. 

Yo nuca fui un niño con cara linda, nunca tuve una bella sonrisa y creo que pocos recuerdos que poseo de mi infancia son de alegría pura.

Odio que llueva, odia sentirme tan frágil y débil frente a la gente, odio no poder odiar a alguien y odio a chorros el sentirme inseguro la mayor parte del tiempo.

Hay un vacío en mí, un vació donde se supone que deberían existir momentos de pura felicidad y alegría desmesurada, pero no, a cambio de eso tengo recuerdos de inseguridad, torpeza, disgusto de otros hacía mi, poca aceptación e insultos agridulces que se han acumulado en mi cerebro y creo que nunca dejarán de estar ahí.

Observo las fotos de los niños y no puedo sentirme igual a ellos, no puedo sentirme identificado, siempre fui aquel niño que no sonreía.


No hay comentarios:

Publicar un comentario